LA BENDICIÓN DE LOKI

Hace unos días Loki terminó de construir su refugio. Es una construcción sencilla, sólo debe soportar los pocos meses del verano, sabe que con la llegada del invierno deberá volver a la aldea.

Le gusta sentarse a mirar el mar, la energía contenida del océano le activa la sensibilidad interior y a él en particular, eso lo acerca a los espíritus animados de las cosas, las creencias espirituales son fundamentales para su existencia, ser sacerdote tribal es importante, y debe mantener entrenadas sus aptitudes sensoriales.

Es un día diáfano, de cielo limpio y despejado, sólo las gaviotas surcan los aires.

Entrecierra los ojos e intenta leer su psiquis interior, debe concentrarse en captar lo que no se percibe a simple vista, esa técnica la aprendió de pequeño, cuando los ancianos de la tribu probaban niño a niño, buscando identificar a quienes veían más allá de lo evidente. Él fue uno de los seleccionados, y es el único que logró desarrollar esas habilidades por fuera de lo normal, transformándolo en el chamán más reconocido de la comarca. Hoy intuye algo especial, se siente más sensible de lo habitual, su intuición indica que habrá de ser un día que habrá de recordar. A través de los párpados capta una columna de luz a la distancia. Abre los ojos lentamente y ve una pequeña nube suspendida sobre el agua en medio de la bahía. Le resulta extraño, según lo que percibió al despuntar el día, todo indicaba que iba a tratarse de un hermoso día de sol. ¿Cómo es que ahora hay nubes en un día radiante?

Curioso, se yergue y camina hasta la playa, intentando no perder el estado hipersensorial en el que ha ingresado. Camina con los brazos semi extendidos hacia adelante, con la palma de las manos mirando al cielo, da pasos cortos, lentos, manteniendo concentrada su atención en la misteriosa nube.

Desde lejos parecía que la nube estaba dejando caer una columna de lluvia, pero de cerca se asemeja más a un tubo vertical que a un chaparrón. La nube se ha ido acercando a la orilla, está a pocos pasos de Loki, emite un suave zumbido. El interior del tubo parece contener agua, que, intermitentemente, de a ratos se eleva y en otros momentos desciende. Cierta atracción se apodera del chamán, obligándolo a acercarse. Camina unos pocos pasos dentro del agua del océano y queda junto a “eso”, que no sabe explicar. Hace un momento el agua que circula en el interior del tubo subía, ahora ha quedado quieta, y Loki nota que se comienza a mover en sentido descendente. Se produce un fuerte impulso que lo jala violentamente al interior del tubo, ahora Loki se encuentra debajo de la nube, y siente como que el piso lo engulle, haciéndolo descender sin poder evitarlo. Loki entra en un espacio totalmente oscuro, lo rodea una profunda noche sin luna ni estrellas, su visión dejó de percibir luz, es como que está metido dentro de una profunda caverna, algo lo jala hacia abajo. De pronto todo se ilumina, y percibe la playa con claridad, pero … nota que los acantilados con más agrestes que antes, y ha desaparecido su refugio, no lo ve. A lo lejos nota que desde los cerros suben columnas humeantes, se asemejan a ciertas fumarolas que Loki ha visto en algunos países del norte en los que alguna vez estuvo. En la playa ve algunos pájaros gigantes, de picos largos y dentados, se pelean entre ellos, son más grandes que un caballo, se parecen a los esqueletos de dinosaurios que vio cerca de las montañas sagradas, pero … aquí los ve volando. Da un paso hacia adelante, queriendo salir del tubo que lo contiene y … no puede, choca contra una fuerza que no le permite avanzar, se siente encerrado. Gira y mira hacia al mar, un pelícano gigante cruza el cielo, se zambulle y sale del agua con un pez de más de dos metros de largo. Loki queda estupefacto, no entiende nada.

De pronto, el agua que está contenida en el tubo comienza a cambiar de sentido, su descenso se desacelera y comienza a subir, en determinado momento, cuando adquiere una velocidad similar a la que tenía cuando Locki entró al tubo, todo se oscurece de nuevo, vuelve a sentirse como dentro de una caverna totalmente oscura. Al rato vuelve a ver la playa, y su refugio. Todo parece haber vuelto a la normalidad, inclusive ve que la pared del tubo no es rígida, y sale de él.

Camina hasta la playa, el día sigue espléndido, las gaviotas planean con total tranquilidad. Piensa en lo que acaba de ver, aves gigantes, con picos de dientes aserrados, pescando peces enormes. Nunca había visto algo así. Ver su refugio lo tranquiliza, se siente en casa. ¿Dónde estuvo hace un rato? El paisaje que ve ahora es similar al que vio antes, pero aquello era árido, la agresividad del ambiente se captaba con facilidad, las fumarolas de los cerros indicaban fuerte actividad volcánica.

La nube permanece en el mismo lugar, como esperándolo. Loki la mira y aflora en él ese deseo de conocimiento que siempre lo motivaba a investigar cosas nuevas, los ancianos le dijeron que ese era un aspecto fundamental de su sensibilidad extrasensorial. Vuelve a meterse en el agua y se acerca al tubo. Su espíritu inquieto lo impulsa a colocarse otra vez bajo la nube, lo piensa un poco, Se le ocurre hacer algo diferente, va a meterse cuando el agua esté subiendo, a diferencia de cuándo lo hizo antes.  Espera el momento oportuno e ingresa voluntariamente dentro del tubo. Se repite la situación anterior, le parece viajar dentro de una caverna totalmente oscura, hasta que retorna la luminosidad. Mira hacia la playa y busca el refugio, no lo ve, en el lugar en el que debería estar ve un edificio enorme, de muchos pisos, muy colorido y con muchas ventanas acristaladas. Toda la ladera de los cerros está cubierta de edificios similares al que ocupó su refugio. Hay caminos anchos sobre los que circulan elementos similares a los carros que él conoce, pero que avanzan sin ser cinchados por caballos, avanzan con autonomía. Intenta salir y una vez más nota que las paredes exteriores del tubo son rígidas, hay una fuerza que no permite atravesarla. Mira hacia el medio de la bahía y la ve llena de barcos de todos los tamaños, muy coloridos, y no son de madera, los nota rígidos, firmes, el sol los hace brillar casi con violencia. Uno de ellos despliega una vela e, impulsado por el viento, se adentra mar adentro. Entre unas rocas, Loki ve a una persona con una caña larga, sostiene un sedal al que le sujeta algo pequeño. El chamán nota que allí hay algo útil, nota que hay algo que tiene fuerza mágica, mira con detenimiento y ve que se trata de un pequeño trozo de metal doblado, con un extremo con punta afilada y un ojal en el otro, por el que atan el sedal.  Pinchan un trozo de carne en él y lo tiran al agua, esperan unos minutos y ve que lo extraen haciendo fuerza, ve que en el extremo puntiagudo ha quedado prendido un pez de gran tamaño. El agua contenida en el tubo comienza a detenerse y de a poco vuelve a moverse en sentido descendente, hasta que Loki vuelve a sentirse dentro de la caverna oscura. Cuando se detiene, a través del tubo ve nuevamente su refugio, Loki considera que es momento de volver a la playa.

Quedó pensativo, reflexiona sobre las experiencias vividas, no entiende mucho. Vuelve a surgir la pregunta ¿Dónde ha estado? Mira las rocas en las que recuerda al hombre con el sedal en la mano, extrayendo peces del agua.

Sube a su refugio, el sol a empezado a agredir su piel, la mañana transcurrió rápido y ya casi es mediodía. De un botijo de barro cocido bebe un poco de agua. Mira el mar, mira las rocas, la playa, la ladera del cerro, la inmensa y vacía bahía, mira la cresta de los cerros a la distancia, sin fumarolas.

¿Dónde he estado? – se pregunta, reflexivo.

Mira la cumbre de los cerros y recuerda las fumarolas que vio en el primer viaje que hizo. Mira la superficie del mar y recuerda la inmensidad de naves multicolores que vio. Sigue reflexivo. Mira las rocas en las que vio pescar al hombre y dice:

¿Dónde he estado? – se repite, hace silencio y continúa con la siguiente pregunta – ¿Dónde? … ¿o cuándo?

Durante el siguiente invierno, recordó estas experiencias, y trabajó en las clásicas artesanías que sirven para entretenerse durante los días inhóspítos.

En el verano bajó a la playa y construyó un nuevo refugio. Tomó un sedal largo, le ató uno de los elementos que construyó durante el invierno y se dirigió a las rocas que están junto al mar. Unió los elementos, colocó un trozo de carne en la punta de la artesanía afilada, revoleó el conjunto y lo tiró al mar, al rato, sacó un gran pez del agua, cinchándolo con el sedal. Convocó a los ancianos de la tribu y les mostró el “invento”. Lo felicitaron, pero no aceptó el halago, les explicó que los espíritus inanimados lo habían hecho viajar en el tiempo y le mostraron cómo hacerlo. Los ancianos guardaron respetuoso silencio.

Autor: Harry Biswanger (Noviembre 2019)

Cuento de ficción temporal

Autor: Harry

Escritor / Entusiasta Informatico / Proyectos / Luthier / ... Ja Ja !!! Olvidaba algo importante: "Pescador" ... Resumen: "Creativo" !!!!!!!